sábado, 30 de julio de 2011

Carta para un hijo...

Si…

Si puedes conservar la cabeza cuando a tu alrededor todos la pierden y te echan la culpa

Si puedes confiar en tí mismo cuando los demás dudan de tí, pero al mismo tiempo tienes en cuenta su duda

Si puedes esperar y no cansarte de la espera o siendo engañado por quienes te rodean, no pagar con mentiras, O siendo odiado no dar cabida al odio y no obstante, ni ensalzas tu juicio ni ostentas tu bondad

Si puedes soñar y no dejar que los sueños te dominen

Si puedes pensar y no hacer de los pensamientos tu objetivo

Si puedes encontrarte con el Triunfo y la Derrota y tratar a estos dos impostores de la misma manera

Si puedes soportar al escuchar la verdad que has dicho tergiversada por bribones para tender una trampa a los necios o contemplar destrozadas las cosas a las que dedicaste tu vida y agacharte y reconstruirlas con las herramientas desgastadas

Si puedes hacer una pila con todos tus triunfos y arriesgarlo todo de una vez en un golpe de azar y perder, y volver a comenzar desde el principio y no dejar escapar nunca una palabra sobre tu pérdida

Si puedes hacer que tu corazón, tus nervios y tus músculos te respondan mucho después de que hayan perdido su fuerza y permanecer firmes cuando nada haya en ti excepto la Voluntad que les dice: “¡Adelante!”.

Si puedes hablar con la multitud y perseverar en la virtud o caminar junto a reyes sin perder tu sentido común

Si ni los enemigos ni los buenos amigos pueden dañarte

Si todos los hombres cuentan contigo pero ninguno demasiado

Si puedes llenar el preciso minuto con sesenta segundos de un esfuerzo supremo Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella Y lo que es más, serás un Hombre, ¡hijo mío!


Rudyard Kipling

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